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«MANTENIENDO LA LLAMA ENCENDIDA»

Parte II
Por Pastora: Karen Gissell Torres

Cantares 8:6-7

Recordemos que estamos analizando algunas acciones para fomentar el romance:
III. Prestar atención a los detalles (1 Corintios 7:33)

Tanto el hombre como la mujer en el matrimonio tienen el deber de agradarse mutuamente. Las sorpresas juegan un papel importante, pues ganan el corazón y hacen que el enamoramiento sea una realidad en el matrimonio.

Decirse expresiones de cariño constantemente ya sea por medios escritos, orales o en un sinnúmero de actos posibles son muestras del amor que tenemos y que es necesario escucharlo siempre: comer juntos, tener veladas, disfrutar de un helado, jugar juntos, ir a nadar, a un concierto, caminar tomados de la mano, alquilar películas y verlas a la luz de las velas con una caja de pop corn, revivir recuerdos viendo fotografías, video de la boda, entre otras cosas son expresiones de amor y detalles significativos en la relación matrimonial.

Muchos creen que para cultivar el romance se requiere de mucho dinero, y no siempre es así, con sólo el hecho de hacer una tarjeta, lavar los trastes, dar un masaje y otras acciones de ese tipo que se llevan a cabo cotidianamente mantienen la llama encendida. El romance es una relación, no un acontecimiento.

Aunque el romance es algo espontáneo, y no son actividades esporádicas, sino una relación, eso no quita que se pueda planificar ciertas cosas que se pueden llevar a cabo para mantener vivo el romance. Por ejemplo hay que tomar en cuenta las vacaciones y las fechas especiales para cada uno, esas no pueden pasar desapercibidas (cumpleaños, aniversario de bodas, navidad, entre otras) No hay excusas de “a mí no me criaron así” o “no tengo dinero” o “yo no soy expresivo(a)”. Son situaciones que pueden ser superadas y que hay que trabajar en ellas. Es en esas fechas es que se debe planificar cada detalle en pro de estimular al cónyuge, hacerle sentir importante y tomar en cuenta sus intereses no los nuestros.

IV. Disfrutar cada momento (Cantares 7:10-13)

En la película «La sociedad de los Poetas Muertos» un maestro enseñó en su clase una frase que se volvió el lema de cada estudiante “Carpe Diem” que significa Aprovechar, disfrutar cada momento del día como si éste fuera el último.

En el matrimonio, para vivir una experiencia de romance continuo es necesario disfrutar cada momento que se tiene con la pareja y hay que mantener viva la imaginación, la rutina hace caer en una monotonía pero la “variedad es lo que le da sabor a la vida”. No hay que hacer del romance algo aburrido, sino que ello nos debe dar pie a la creatividad. Cada día hay que vivirlo disfrutando de una relación saludable, siendo abiertos a los piropos, a las palabras de afirmación y gozar de los tiempos juntos.

El amor es tan fuerte como la muerte, no puede ser arruinado por el tiempo o un desastre, tal como es descrito en 1 Corintios 13. Pero con frecuencia escuchamos que “El amor acaba”. Esa es una declaración anti bíblica que no podemos hacerla realidad en nuestro matrimonio. Puede ser que el enamoramiento disminuya, pero el amor no puede terminarse así por así.

En un principio se definió el romance como el acto de mantener vivo el noviazgo en el matrimonio. Y aun cuando el romance no es el fundamento de una relación matrimonial, es ciertamente la leña que mantiene el fuego ardiendo en la relación, ofrece el afecto y la seguridad que dice: “Puede que tengamos dificultades, pero te amo y todo va a estar bien”.

Nunca es tarde para reavivar el romance, siempre habrá oportunidades para hacer de esto una realidad, pero debemos trabajar en pro de lograrlo. Hoy es el día que podemos iniciar, dar un paso hacia adelante. Dios está interesado en conservar nuestro matrimonio, pero hay acciones que nos corresponden a nosotros hacer. Así que manos a la obra y trabajemos por tener matrimonios saludables.