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Trastornos Alimenticios

San Lucas 12:23 RVR 1960

“La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.”

 

Como profesional de salud he percibido que durante los primeros meses del año la mayoría de personas se preocupan por su bienestar físico, con el afán de disminuir la culpa caen en una planificación excesiva de actividades queriendo recuperar todos los días que, según ellos piensan fueron “perdidos” o “mal invertidos”. Al momento de leer el texto bíblico que nos narra Lucas en el capítulo 12 podemos observar una advertencia contra enemigos tan sutiles como: el afán y la ansiedad, los cuales se vuelven parte de nuestro diario vivir.

 

Considero oportuno compartir ciertas definiciones que nos permitirán reconocer si en esta lucha contra el afán y la ansiedad nos hemos visto envueltos en trastornos alimenticios. El origen de estos trastornos se debe a una alteración psicológica que se genera por no sentirse satisfecho como persona, tener miedo al futuro, exigirse demasiado e ideas equivocadas sobre el peso o la comida.

 

Entre las más frecuentes en la etapa de la adolescencia se encuentra: la anorexia nerviosa que se caracteriza por un miedo intenso a engordar y se produce la pérdida de peso provocada por vómitos, el paciente consume laxantes diuréticos y practica en exceso actividad física. Sus consecuencias pueden manifestarse en la falta de crecimiento de los senos y la ausencia del periodo menstrual en las mujeres y, en los varones los genitales no se desarrollan, existe pérdida de interés y de potencia sexual.

 

En contraste la bulimia se caracteriza por comer gran cantidad de alimentos en cortos periodos de tiempo, falta de control, dominio propio sobre la alimentación y que la persona describa su apariencia física con comentarios negativos. Puede presentar características de la anorexia, pero a diferencia de ésta, el peso de la persona se encuentra dentro de los límites de la normalidad. Al momento de consumir algún alimento solamente lo mastica y luego expulsa la mayor parte de comida.

 

Por otro lado la vigorexia se identifica cuando la persona practica excesivamente un deporte con el afán de lograr un cuerpo más escultural y musculoso hasta convertirse en una obsesión. Este trastorno es mucho más frecuente en hombres por lo que muchos al querer mejorar su rendimiento físico e incrementar el volumen de los músculos utilizan sustancias que favorecen el crecimiento de los tejidos, por ejemplo: anabolizantes o mayormente conocidos como esteroides anabólicos, el uso de estas sustancias produce acné, problemas cardiacos, atrofia testicular, disminución de la formación de espermatozoides, retención de líquidos e irregularidades del ciclo menstrual en el caso de las mujeres, entre otros.

 

El trastorno dismórfico corporal se caracteriza por la preocupación excesiva de algún defecto en el aspecto físico ya sea en el rostro, genitales, piernas, pecho o todo el cuerpo, este defecto puede ser imaginario o existir realmente una imperfección leve. La preocupación excesiva puede incidir en que la persona recurra a cirugías estéticas.

 

La megarexia se caracteriza cuando las personas no son capaces de ver su exceso de peso, encuentran su físico agradable y no solo no se preocupan por su figura, sino que consumen alimentos poco saludables, ricos en azucares y grasas, lamentablemente la mayoría padecen malnutrición porque a pesar de consumir grandes cantidades de comida y tener un elevado peso su alimentación no posee nutrientes necesarios para su salud. Sus consecuencias pueden dar lugar a: presentar diabetes, hipertensión y cardiopatías.

 

La ortorexia se define como una obsesión por la comida biológicamente “sana”, es decir aquellos alimentos libres de sustancias artificiales, pesticidas o que no hayan pasado por un proceso de prácticas inmorales como tortura en animales. Este tipo de trastorno puede llevar a que las personas realicen dietas que no provean todos los nutrientes necesarios para su organismo, provocando perdida de la visión, anemia, entre otras.

 

Una de las medidas preventivas contra los trastornos alimenticios es establecer desde la infancia un estilo de vida saludable que incluya actividades físicas y el consumo de alimentos nutritivos rico en frutas, vegetales, entre otros; limitando productos industriales como gaseosas, jugos y golosinas. Cabe resaltar que si observa una conducta alimenticia mencionada en este artículo es importante que consulte con un personal de la salud para que brinde un tratamiento y asesoramiento oportuno.

 

Ref.

Consuegra N. Diccionario de Psicología. Bogotá. 2010.

Macro M. Trastornos de la alimentación. Perú. 2017

 

Licda. Alejandra Rodas Marín.

Nutricionista Col.5499 Guatemala, C.A.

Certificación en Nutrición Deportiva Avalada por FIFA y FIMS. México

PC MSc. Gestión Comunitaria para el Desarrollo Humano Local. Guatemala

Correo electrónico: [email protected]

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